Por Adrián Helien
psiquiatra y coordinador del Grupo de Atención a Personas Transgénero del Hospital Durand, plantea cuáles son las teorías que se manejan.
No hay certeza acerca de cómo se conforma la identidad sexual. Sólo existen teorías, ninguna acreditada como válida por la ciencia actual. La teoría genética dice que la información de las diferentes identidades está inscripta en nuestros genes. La neurohormonal postula que existen cambios hormonales en la etapa fetal que darían diferentes estructuras cerebrales. La hipótesis psicosocial apunta a las relaciones tempranas familiares. Finalmente, la teoría multifactorial: postula que habría factores biológicos predisponentes que interactuarían con otros adquiridos después del nacimiento. Lo cierto es que existen niños y niñas que, desde que adquieren el habla, ya expresan su disconformidad con el sexo asignado al nacer.
Las investigaciones disponibles nos informan que la mayoría de las personas transgénero refieren que no entraban en el casillero de varón o mujer que se les había asignado, antes de los 10 años. La niñez trans es una realidad negada y muchas veces ignorada por el sistema de salud y el educativo. ¿Hasta cuándo lo seguiremos haciendo sin medir sus consecuencias? Si los escucháramos comprenderíamos que las limitaciones y prejuicios son nuestros. Ellos nos van a marcar el camino en materia de procesos de identidad. La identidad es un valor y un derecho humano básico. Sigamos aprendiendo y permitiendo que nuestros niños y niñas sean ellos.
Asistimos a una verdadera revolución del género. La diversidad sexual somos todos y todas. No los otros. Trabajemos para extender la igualdad y las oportunidades para toda la familia humana.